Por un lado, la estrategia de precios para este tipo de negocio debe basarse en ofrecer una amplia variedad de alfombras y tapices de distintos precios y calidad para que cada cliente elija en función de cuánto quiera o pueda gastar. Se deberá atender también a los precios de la competencia de la zona de influencia. En cualquier caso, será muy importante establecer una buena relación con los proveedores para conseguir mejores precios y poder así aumentar el margen de beneficios.
Por otro lado, una de las medidas que hay que tomar desde un principio es definir un nombre comercial y asignarle un logotipo que cumpla los objetivos tradicionales, esto es, que se recuerde fácilmente, que se asocie al producto o servicio, que se diferencie de la competencia y que guste. Otro de los elementos de comunicación más importantes es la imagen del propio negocio: la decoración del local, una correcta exposición de los artículos o una buena iluminación. Esto conseguirá llamar la atención de los clientes.
Para dar a conocer el negocio al inicio de la actividad, puede publicitarse a través de buzoneo, por la zona donde se ubique el negocio, y folletos con ofertas o nuevos productos expuestos en el local, así como anuncios en prensa local o en revistas del sector. En determinadas épocas del año, como en los periodos de rebajas o en momentos de menos ventas, se pueden lanzar promociones especiales de determinados artículos.
Otra opción interesante es diseñar una página web del negocio en la que se incluya el catálogo de productos y que permita realizar consultas online. Sin embargo, ello requiere una mayor inversión que puede hacerse más adelante; una alternativa más económica y que también hace uso de las nuevas tecnologías son las páginas especializadas en el sector desde las que se pueden encontrar proveedores e incluso incluir la propia publicidad.
En última instancia, el “boca a boca” puede llegar a convertirse en la mejor forma de publicidad para el negocio. Ello supone que, si un cliente ha quedado satisfecho con la compra y el trato recibido, volverá y, además, dará a conocer el negocio a sus conocidos, que posiblemente también se pasen por el establecimiento. Por ello, es importante que los clientes queden satisfechos desde el principio, para darse a conocer de una forma positiva y para conseguir la fidelidad de los mismos a través de tres aspectos: conocimiento de la clientela, saber atenderla y saber qué hacer frente a las quejas y reclamaciones. El personal juega un papel fundamental en este sentido: debe transmitir profesionalidad y conocimiento del sector.