El sector de la consultoría empresarial es un sector muy dinámico. Si bien es cierto que las grandes empresas son las que más demandan servicios de consultoría la mayoría de ellas disponen de personal suficiente para realizar estas labores. Por otra parte, en momentos de crisis donde se tiende a reducir las plantillas de personal, la externalización de este tipo de servicios es una política común, por lo que no es poco frecuente encontrar a pequeñas consultoras trabajando para grandes corporaciones.
Actualmente el incremento de la competitividad en todas las ramas empresariales obliga a las empresas a tender hacia la excelencia, además ciertas ramas de actividad tienen la obligación legal o de mercado de cumplir con ciertos requisitos de calidad. La mayor parte de estas pequeñas empresas no cuentan con personal suficiente para la gestión de los procesos necesarios para cumplir con estos requisitos y esto implica que no obtengan los resultados esperados. Estas razones, entre otras, son indicadores de la apertura del negocio y el incremento de oportunidades que actualmente ofrece el mercado.
Los cambios en las normativas acerca de los consumos y la eficiencia energética por parte de órganos tanto nacionales como supranacionales implican que actualmente estamos ante un mercado cambiante lleno de oportunidades de negocio. En particular, la implantación en el mercado de las energías no contaminantes y renovables ofrece una doble oportunidad para los negocios de este tipo, por un lado, la de ofrecer los servicios a los productores, y de otro a los consumidores, incluyendo a estos últimos servicios de optimización tarifaria, por ejemplo.
En cuanto a la competencia, se debe tener presente que el número de profesionales libres y de pequeñas empresas del sector está creciendo considerablemente, y que el intrusismo es una barrera de mercado presente. La principal barrera para luchar contra estas no es otra que la prestación de servicios de calidad y con buenos resultados.