Por un lado, la estrategia de precios para este tipo de negocio debe tener en cuenta diversos extremos: tanto los costes de cada plato, a los que hay que dar cobertura y que sólo pueden saberse mediante la realización de pruebas de cocina en las que se determine el consumo de ingredientes y el tiempo de preparación de cada plato, además de los costes indirectos (sueldos, amortizaciones), como los precios establecidos por la competencia para productos similares y el precio que el cliente está dispuesto a pagar por los mismos. En general, el precio será mayor o menor en función del tipo de comida; generalmente, serán más caras las que requieren mayor tiempo de elaboración o las que precisan ingredientes de gran calidad o poco comunes, que encarecen mucho el plato.
Por otro lado, una de las medidas que hay que tomar desde un principio es definir un nombre comercial y asignarle un logotipo que cumpla los objetivos tradicionales, esto es, que se recuerde fácilmente, que se asocie al producto o servicio, que se diferencie de la competencia y que guste. También se debe crear una página web desde la que no sólo se va a dar publicidad del negocio sino que también va a ser uno de los medios a través del cual los intermediarios pueden contactar con el negocio para la distribución de los productos y, en su caso, los clientes particulares pueden consultar los platos y realizar sus pedidos.
Con posterioridad, el plan de marketing se basará generalmente en publicitar el negocio entre los principales canales de distribución de alimentos precocinados, para lograr así llegar al mayor número posible de consumidores finales. Para ello se pueden insertar anuncios en revistas de alimentación y otros medios locales (prensa diaria, radio, carteles), pero la principal medida de publicidad serán las visitas comerciales a los clientes potenciales. Si, además, se vende directamente a particulares, se pueden utilizar las técnicas de mailing o buzoneo, dejando propagandas o folletos en las viviendas de la zona de influencia en los que se describan las ofertas de lanzamiento de los productos. Estas técnicas serán muy efectivas en las campañas de promoción de épocas especiales, como Navidad, así como para activar el consumo en los días de menos actividad, ofreciendo descuentos o regalos por llegar a un gasto mínimo.
A pesar de todo, la publicidad más efectiva para este tipo de negocio es el “boca a boca”, tanto entre los intermediarios como entre los clientes particulares. Ello supone que, si un cliente ha quedado satisfecho con la entrega realizada, hará otros pedidos y, además, dará a conocer el negocio a sus allegados, que posiblemente también llamen para realizar pedidos. Por ello, es importante que los clientes queden satisfechos desde el principio, para darse a conocer de una forma positiva y para conseguir la fidelidad de los mismos a través de tres aspectos: conocimiento de la clientela, saber atenderla con recomendaciones y sugerencias, y saber qué hacer frente a las quejas y reclamaciones.