Los artículos de cerámica que se fabrican manualmente y se comercializan en un negocio como éste se caracterizan por tener un precio superior a aquellos otros de producción industrial, de menor calidad, y los clientes están dispuestos a pagar dicho sobreprecio a cambio de la mayor calidad y exclusividad que les reportan. Sin embargo, esto no significa que no comparen los precios con los que ofrezca la competencia para el mismo tipo de productos, especialmente si se sitúa en la zona de influencia. Por ello, la estrategia de precios debe basarse en ofrecer productos de calidad a precios competitivos, aun manteniendo la estrategia de diferenciación que se necesita en este tipo de negocio. La fijación de precios tendrá que estar orientada no sólo en función del tipo y calidad de los artículos que se vendan, sino también teniendo en cuenta los precios de la competencia.
Por otro lado, una de las medidas que hay que tomar desde un principio es definir un nombre comercial y asignarle un logotipo que cumpla los objetivos tradicionales, esto es, que se recuerde fácilmente, que se asocie al producto o servicio, que se diferencie de la competencia y que guste. Este logotipo deberá aparecer tanto en el rótulo del local como en las bolsas en las que se entreguen las compras. Se trata de un tipo de publicidad muy eficiente y, generalmente, de reducido coste. También se debe crear una página web desde la que no sólo se va a dar publicidad del negocio sino que también va a ser uno de los medios a través del cual los establecimientos de venta de cerámica pueden contactar con el negocio para la distribución de los productos.
Con posterioridad, el plan de marketing se basará en diferentes acciones en función de los clientes a los que se dirige el negocio. Para los comercios que se dediquen a la venta de los artículos de cerámica, el plan consistirá generalmente en publicitar el negocio entre los principales canales de distribución del sector, para lograr así llegar al mayor número posible de consumidores finales. Para ello se pueden insertar anuncios en revistas de artesanía y otros medios similares, así como acudir a ferias del sector. También se pueden realizar campañas de promoción en épocas especiales, como en verano, cuando la afluencia de turistas y la demanda aumentan.
Por su parte, para los clientes particulares uno de los elementos de comunicación más importantes es la imagen del propio negocio: la decoración del local, una correcta distribución y exposición de los artículos, sin peligro de que puedan dejarlos caer, y una buena iluminación. Esto conseguirá llamar la atención de los clientes desde el primer momento que visiten la tienda. De igual modo, el escaparate es la mejor carta de presentación de la tienda, por lo que debe ser cuidado hasta el más mínimo detalle.
Para dar a conocer el negocio al inicio de la actividad, no sólo debe publicitarse a través de buzoneo, por la zona donde se ubique el negocio, y folletos con los artículos más atractivos, sino que también se puede realizar un mailing personalizado a todos los conocidos para informarles de la inauguración del negocio. Igualmente, se pueden usar diversos medios de comunicación, como prensa local (que llega a muchos clientes potenciales del negocio), revistas o radio. En campañas especiales es interesante establecer alianzas con otros establecimientos para promocionar el comercio local, así como participar como patrocinador en eventos que se celebren en la localidad.