Según datos elaborados por el Consejo Oleícola Internacional (COI), el volumen de consumo mundial de aceite de oliva y derivados durante el periodo 1990/1991-2014/2015 se ha multiplicado por 1,7. Dentro de la Unión Europea, el consumo aumentó hasta la campaña 2004/2005, en la que se superaron los dos millones de toneladas; no obstante, tras dicha fecha comenzó un descenso progresivo hasta llegar a 1,6 millones de toneladas en la actualidad.
El consumo en la Unión Europea se concentra en los países productores, entre los que destaca la situación de Italia, que registra una fuerte caída desde la campaña de 2006/2007. Este país siempre se había caracterizado por un volumen de consumo muy elevado, y con esta caída se sitúa en un nivel muy similar al de España, donde el consumo se encuentra estabilizado en unas 500.000 toneladas. También destaca la disminución del consumo en Grecia, hasta llegar a las 160.000 toneladas. Pero el COI destaca que, a pesar de que el consumo se concentra en estos países, el resto han experimentado un crecimiento regular que parece haberse estabilizado en las 300.000 toneladas.
En cuanto al consumo por habitante, Grecia sigue ocupando la primera posición a pesar del descenso paulatino en el consumo total, con 16,3 kilogramos, seguida de España (10,4), Italia (9,2) y Portugal (7,1). En el otro extremo se sitúan Rumanía, Polonia, Hungría, Bulgaria, Eslovaquia, Estonia y República Checa, cuyo consumo no supera los 0,4 kilogramos.
Fuera de la Unión Europea, destaca la evolución en el consumo de aceite de oliva y productos derivados en Estados Unidos, aunque el consumo por habitante es tan sólo de 0,9 kilogramos, valores muy similares a los de Reino Unido y Alemania. Hay otros países que también registran un aumento muy significativo, aunque también muy débil. Es el caso de Palestina, Suiza, Australia y Canadá.
No obstante este panorama tan prometedor, no se debe olvidar la competencia que pueden ejercer distintos establecimientos y negocios:
- Establecimientos de fabricación, comercialización y exportación de productos del aceite de oliva de similares características. Estos comercios van a ser la competencia directa del negocio, por lo que se hace necesario apostar por una estrategia de diferenciación de las mismas.
- Establecimientos de elaboración, comercialización y exportación de productos sustitutos de otra clase, como cosméticos naturales elaborados con aceites esenciales, que van a ejercer cierta influencia en la exportación de productos de aceite españoles pero no será tan directa, pues el producto que ofrecen es distinto.